La instalación de arte inmersivo “Silent Fall” del dúo artístico AA Murakami invita a sumergirse en una experiencia multisensorial de burbujas, música y aromas que desde este martes inaugurará el nuevo espacio Superblue, en el recinto del londinense Royal Academy.
Bajo una luz tenue y música original del australiano Paul Schütze -compuesta expresamente para el evento-, el tándem formado por Alexander Groves y Azusa Murakami ha querido recrear una atmósfera de bosque encantado que, con la ayuda de la tecnología, ha sustituido los árboles por unos surtidores que desprenden burbujas desde el techo.
“No se parecen a los árboles normales, no hay hojas ni flores… hay burbujas”, cuenta Groves en una entrevista con Efe. “Pero hay un sentido de que los árboles tienen esta misma naturaleza fugaz; los ves emerger, su existencia y florecimiento, y luego desaparecer”, relata el artista nacido en el condado de Kent (sureste de Inglaterra), apelando a los cambios de estación a lo largo del año.
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El desarrollo de los surtidores y las burbujas -con sus propias esencias aromáticas- ha involucrado a profesionales de diferentes disciplinas, desde químicos hasta ingenieros, en un proyecto que empezó hace seis años y que finalmente ha conseguido lo que Azusa Murakami define como burbuja “óptima”, con la consistencia justa que “pudiese dar saltos sobre el tejido” pero que, al mismo tiempo, al tocarlo “se rompiese y soltase la niebla”.
De hecho, el público tiene a disposición guantes para poder interactuar con las burbujas antes de que estallen, aunque también puede entrar en juego la ropa que lleven los visitantes, especialmente los tejidos más lanosos.
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Inteligencia artificial y naturaleza confluyen en toda la obra, una combinación compatible a ojos del dúo de AA Murakami, que trabaja en torno a la tecnología efímera y la conciencia climática desde que empezaron a trabajar juntos en 2011, tras conocerse en el Royal College of Art de Londres.
“Cualquier cosa que hagamos tiene que ser sostenible”, subraya Murakami, nacida en la ciudad japonesa de Nagoya. “Esta obra tiene una conexión más fuerte con la naturaleza y la industria y, a su vez, con los humanos coexistiendo con la naturaleza”, apunta la artista, arquitecta de formación.
La inauguración de la instalación coincide con el inicio de la feria Frieze de Londres, cita clave en el mercado internacional del arte, y se podrá visitar hasta el verano de 2022 en el nuevo espacio Superblue, ubicado en el céntrico Burlington Gardens, en el recinto de la Royal Academy of Arts de la capital británica. EFE