Tratando de esconder lo evidente, así se la pasan muchas personas dedicadas a la política.
No cabe duda, la imperfecta democracia ha sido permisiva con discursos engañosos y promesas incumplidas, un caldo de cultivo ideal para generar entre la gente desconfianza con líderes e instituciones.
Los responsables de las estrategias a menudo ocultan la verdad e imponen el deseo de mantener el control y la influencia, han hecho recurrentes: manipular la opinión pública, presiones para distorsionar la realidad, falta de transparencia y traumatismo en la operación del estado.
Así las cosas “el dinero, la tos y la pobreza no se esconden”, el elector, el gobernado; es habilidoso y se da cuenta, tiene ahora un chip detector de mentiras.
Amigo político, no se engañe a usted mismo creyendo que los electores o gobernados son estúpidos, ocultar la luz del sol con un dedo es tonto, “si usted realmente está convencido que vende una solución, la venderá y servirá, si usted sabe que es un timo, ellos lo descubrirán”.
El ciudadano hoy entiende que la diferencia de un mandatario está en el factor sorpresa, lo inesperado, lo distinto, va más allá de una foto barriendo parques, regulando el tráfico, usando prendas militares o atendiendo visitas ilustres.
Todo se nos nota y ellos lo saben: la mentalidad de víctimas, la falta de conocimientos técnicos, la condición mental de pobreza o las ganas de adueñarnos de algo, también se notan las destrezas cuando no se proclaman, hay que cambiar de actitud pasar de la versión a la verdad.
Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político