Por el resto de mandato de Gustavo Petro, el caos, la crisis explicita y la confrontación seguirá siendo la forma de gobierno.
A Gustavo Petro no le sirve la estabilidad del país y menos la paz total. Su apuesta es el caos, la confrontación permanente y la incertidumbre, o como diría su exministra de Salud, la crisis explicita, pues es allí donde una constituyente toma el máximo de relevancia.
Al Congreso de la República llegaron tres propuestas de reforma en sectores claves, salud, pensiones y trabajo. El común denominador durante su trámite ha sido la falta de concertación y acuerdos. Frente a la pensional, recientemente el presidente expresó: “jamás este gobierno traicionará al pueblo trabajador y a su tercera edad por aumentarle ganancias a dos banqueros multibillonarios”, refiriéndose a la posibilidad de bajar el umbral salarial a partir del cual trabajadores podrán cotizar en fondos privados de pensiones y afirmación que cierra de frente toda posibilidad de acuerdos y consensos, pero que abre, de par en par, las puertas para que el presidente y sus defensores salgan a gritar a los cuatro vientos que se necesita una constituyente porque el Congreso no aprobó todo lo que el presidente quiso.
En la reforma laboral vemos la misma estrategia, intransigencia y negación a ceder frente al bloque de artículos de derecho colectivo. Nada le sirve al gobierno sino la visión que ellos mismos plantean, la única verdad posible es la que ellos establecieron y no hay lugar a siquiera considerar cambios, una vez más vale la pena preguntar: ¿qué se esconde detrás de la intransigencia y la no posibilidad de consensos? Desde luego el caos y la narrativa nacional de una constituyente, porque el Congreso no quiso aprobar lo que el presidente ordenaba.
En cuanto a la reforma a la salud, uno de los puntos que giraron entorno al debate fue la suficiencia de la UPC, de nuevo el gobierno de forma radical e impositiva afirmaba que los recursos que se pagan por cada afiliado son suficientes pero tuvo que ser el mismo aliado del gobierno, Aldo Cadena y el Ministro de Salud, ante la Corte Constitucional, quienes reconocieran que el valor de la UPC no es suficiente, de nuevo tras el archivo de la reforma a la salud el caos y la crisis explicita tomaron fuerza, así como la idea de constituyente y por su puesto la seguidilla de intervenciones a EPS. ¿Por qué se esperó al archivo de la reforma a la salud para intervenir EPS y no se hizo antes?
Pero el caos favorable al gobierno no es solo en el frente del legislativo, ya en el sector energético del país se evidencia incertidumbre, zozobra y falta de articulación en buena parte porque el presidente Gustavo Petro no ha querido nombrar los comisionados de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), comisión que entre otros aspectos se encarga de establecer fórmulas para la fijación de tarifas de servicios públicos, ya la procuradora general de la nación anunció apertura de investigación disciplinaria al ministro de Energía, Andrés Camacho por la demora en el nombramiento de los comisionados de la CREG, ante lo cual el ministro respondió que la nominación la hace el presidente de la república.
El sector agrícola no se salva del caos gubernamental, más específicamente el sector cafetero vive momentos inéditos pues impulsado por el presidente y su ministra de agricultura se están creando instituciones paralelas, es así como la constituyente cafetera ya solicitó al gobierno impulsar reformas a la Federación Nacional de Cafeteros y al Fondo Nacional del Café. De nuevo antes que priorizar el dialogo, la concertación y buscar soluciones al gobierno solo le sirve la confrontación constante con todos los sectores y la imposición de sus ideas que para los propósitos del gobierno es mejor que no sean aceptadas porque son la excusa perfecta para la constituyente.
Todo este escenario hace pensar en las mesas de dialogo que en el marco de la paz total se desarrollan con diferentes grupos armados ¿tiene la misma estrategia el gobierno con los grupos armados? Golpear la mesa, hacerlo todo a la brava, no ceder en absolutamente nada o al contrario allí si se ve un gobierno condescendiente y abierto al diálogo.
Por el momento y parece que, por el resto de mandato de Gustavo Petro, el caos, la crisis explicita y la confrontación seguirá siendo la forma de gobierno con consecuencias catastróficas para Colombia.
Por: Víctor Manuel Salcedo