Aunque hasta ahora se pensaba que la corteza visual primaria humana seguía el mismo patrón que la de otros animales se ha descubierto que nosotros podemos alargar esa madurez cerebral durante décadas
Puede que más de uno haya quedado sorprendido ante este dato: ¿nuestro cerebro sigue madurando hasta los 36 años? ¿cómo es posible? Para nuestra sorpresa -y beneficio- así es.
Hasta no hace mucho seguía manteniéndose la idea de que el cerebro alcanzaba su total maduración a lo largo de nuestros primeros años de vida. Todos lo hemos oído o incluso leído en alguna ocasión.
A su vez, otro mito ya derribado era la clásica concepción de que al hacernos mayores, o incluso al sufrir alguna lesión cerebral, esa pérdida de neuronas o de tejido nervioso era irreversible.
Todas estas ideas (y algunas más) se están actualizando a medida que se mejoran las técnicas de diagnóstico como las resonancias magnéticas.
También lo hacen con la aparición de nuevos métodos de análisis y observación con los cuales descubrir grandes cosas: cosas asombrosas, de hecho.
Una de ellas es, sin duda, el poder de la neuroplasticidad: nuestro cerebro se regenera a pesar de la edad o los posibles traumas.
Así, establece nuevas y constantes conexiones nerviosas si lo estimulamos, si lo potenciamos y mejoramos día a día nuestra reserva cognitiva.
Así mismo, otro descubrimiento reciente, a la vez que asombroso, es el relativo al que encabeza el título de este artículo: entre los 30 y los 40 nuestro cerebro alcanza la completa madurez.
Estamos seguros de que este dato ha captado tu interés. A continuación, te ofrecemos todos los datos.
Tu cerebro sigue madurando hasta bien pasada la treintena
Tanto si aún no has llegado a los treinta como si ya has rebasado esta edad hace alguna década, debes saber que este hito madurativo apenas es perceptible, y no lo notaremos a no ser que suframos algún problema visual.
La noticia de que nuestro cerebro seguía madurando hasta los 36 o los 40 años fue publicada hace solo unos días en distintos medios como Science Daily, aunque la publicación original parte de la revista científica The Journal of Neuroscience.
Tu córtex visual sigue madurando hasta los 36
Un grupo de científicos de la Universidad de McMaster, en Ontario, Canadá, ha descubierto que la corteza visual, el centro de procesamiento de visión del cerebro humano, termina de madurar alcanzada casi la cuarentena.
Hasta el momento, se pensaba que esta labor se concluía a lo largo de los 5 o 6 primeros años de vida, con lo cual, los científicos han quedado muy sorprendidos ante este repentino descubrimiento.
Desde el departamento de psicología y neurociencia de la Universidad de McMaster se analizó el tejido cerebral post mortem de 30 personas, con de edades comprendidas entre los 20 días y los 80 años.
Lo que se descubrió fue lo siguiente:
La actividad de ciertas proteínas glutamatérgicas alcanzaba su máximo potencial y actividad cuando la persona estaba entre los 35 y los 41 años.
Hasta no hace mucho se pensaba que la corteza visual primaria humana seguía el mismo patrón que en los animales, es decir, completaba su madurez a lo largo de la primera infancia.
Sin embargo, a través de análisis post mortem se ha podido descubrir que, a diferencia de los animales, las personas podemos alargar la completa madurez de nuestro cerebro durante décadas.
La visión humana, al contrario de lo que se pensaba, sigue desarrollándose más allá de la infancia.
Algunas proteínas, concretamente las GABAérgicas, alcanzan el 80% de su actividad llegada la madurez.
Asimismo, cabe destacar también que no hay diferencias entre hombres y mujeres: todos seguimos el mismo patrón madurativo.
¿Qué supone este descubrimiento?
Para comprender primero qué puede suponer este avance pensemos en qué función lleva a cabo el córtex visual, este que al cumplir los 36, de media, alcanza ya la completa madurez.
El córtex visual primario procesa la información que llega de la retina.
Una vez aquí, lleva la información a 20 zonas especializadas, a través de casi 280 millones de neuronas.
La doctora Katryn Murphy, directora de este estudio, explica que algo así amplia de forma notable las vías terapéuticas para tratar múltiples problemas de visión que, hasta el momento, no se tenían en cuenta.
Uno de ellos, y como ejemplo sencillo, es el relativo al ojo vago.
Esta condición, conocida también como ambliopía, hace referencia al retraso en el desarrollo de la función visual donde, sin existir problema orgánico concreto, el niño no llega a tener el 100% de su visión.
Hasta el momento se pensaba que, en caso de no recibir medidas correctoras antes los 7 u 9 años, ese problema era irreversible.
No obstante, a día de hoy y con este descubrimiento, se podría tratar de ambliopía a adultos de 30 años.
Por último, y no menos importante, este trabajo deja la puerta abierta a otra posibilidad y a otras cuestiones.
¿Y si nuestro cerebro tuviera más potencial del que pensamos? ¿Y si su plasticidad fuera más intensa y existieran más áreas que siguen madurando cuando somos mayores?
Apasionantes preguntas que, tal vez, en unos años tengan sus maravillosas y esperanzadoras respuestas.
Con información de: Mejorconsalud.com