El jamaicano Usain Bolt bajó en Mónaco por primera vez este año de los 10 segundos (9.95) y con una victoria frente a rivales de rango inferior afinó su puesta a punto para los Mundiales de Londres, donde se despedirá de los grandes campeonatos.
Una salida discreta de tacos le obligó a realizar su clásica remontada pero esta vez Bolt no abrió un hueco demasiado grande en la segunda mitad. El estadounidense Isiah Young le presionó hasta el final, antes de acabar a solo tres centésimas del astro de la velocidad.
Con su nuevo aspecto barbado, Bolt era el invitado estrella del mitin Herculis, que hoy cumplía 30 años. El jamaicano venía de someter su espalda a un tratamiento ya habitual de dos semanas en Alemania y en la rueda de prensa oficial confesó que no estaba en su mejor momento anímico después de la muerte, en accidente de moto, de su amigo el saltador de altura británico Germain Mason, subcampeón olímpico en Pekín 2008, los Juegos en los que el astro jamaicano se había puesto en órbita.
Con una marca de la temporada de 10.03, Bolt partía en la sorprendente situación de ser el segundo más lento, por marcas del año, de los contendientes en la carrera de 100 metros, y estar en el puesto 24 del ránking mundial de la campaña. “Pero estoy aquí para hacer una buena carrera, trabajar algunas cosas y estar a punto para la gran carrera del mes próximo (Mundial, en Londres)”, advirtió.
Bolt mantuvo la incertidumbre hasta dos tercios de la carrera, cuando abrió una pequeña diferencia que mantuvo hasta la meta. Era su marca número 53 por debajo de los 10 segundos. No pierde una carrera de 100 metros desde hace cuatro años.
Wayde Van Niekerk, uno de los candidatos a ejercer el papel estelar que deje libre Usain Bolt cuando se retire, tuvo que apretar hasta el último paso en la carrera de 400 para deshacerse del botsuanés Isaac Makwala. El sudafricano terminó imponiéndose con 43.73, su quinto registro inferior a los 44 segundos. Makwala llegó 11 centésimas después.
La marca ganadora de Van Niekerk constituye un nuevo récord de la reunión monegasca. El anterior pertenecía al estadounidense Michael Johnson con 43.96, acreditado hace 19 años.
La campeona olímpica y mundial de 800, Caster Semenya, logró -por una centésima- la mejor marca de su vida al ganar con 1:55.27 -récord de la Diamond League- al cabo de una dura pugna en la recta con la burundesa Francine Niyonsaba (1:55.47) -bronce en Río 2016-, que por momentos parecía capacitada para batirla, algo que nadie ha podido hacer este año.
En el 800 masculino se lució el keniano Emmanuel Korir, irresistible en la recta final, que batió por más de un segundo al canadiense Brandon McBride con la mejor marca mundial del año (1:43.10).
La keniana Hellen Obiti, subcampeona olímpica de 5.000, rompió la carrera de 3.000, corriendo en solitario desde el ecuador de la prueba. Venció con un tiempo de 8:23.14, mejor marca mundial del año, cinco segundos más rápida que su compatriota Beatrice Chepkoech, que hizo récord personal con 8:28.66.
La estadounidense Kendra Harrison, plusmarquista mundial de 100 m vallas, logró una apurada victoria sobre su compatriota Sharika Nelvis. Una sola centésima las separó en la meta (12.51 y 12.52). La jamaicana Danielle Williams (12.58) dejó sin podio a la subcampeona olímpica, la norteamericana Nia Ali.
En jabalina, el duelo germano cayó esta vez del lado de Thomas Röhler, que batió con 89,17 a su compatriota y líder mundial del año Johannes Vetter, tercero con 85,14, también superado por el checo Jakub Vadlejch (85,43).