El Vaticano expresó su preocupación y la del papa por la situación que vive Venezuela e instó al Gobierno de Nicolás Maduro a suspender la Constituyente por fomentar “un clima de tensión” e “hipotecar el futuro”.
En un comunicado, la Secretaría de Estado vaticano lamentó la “radicalización y el agravamiento de la crisis” y señaló que el papa “sigue de cerca” esta situación y “sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales”.
“La Santa Sede pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución”, se lee en la nota.
La Secretaría de Estado, dirigida por el cardenal Pietro Parolin, antiguo nuncio en Caracas, pidió que “se evite o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente” pues, subrayó, “más que favorecer a la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro”.
Asimismo dirigió un “apremiante llamamiento” a toda la sociedad para que “sea evitada toda forma de violencia” e invitó “en particular, a las fuerzas de seguridad a abstenerse del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza”.
Dado el “grave sufrimiento del pueblo a causa de las dificultades para obtener alimentos y medicamentos, y por la falta de seguridad”, pidió que “se creen las condiciones para una solución negociada” en virtud de las recomendaciones que hizo Parolin el pasado diciembre, reseña Efe.
En una misiva, el purpurado reclamaba al Gobierno la creación de un canal humanitario, el reconocimiento de la Asamblea Nacional, actualmente controlada por la oposición, la liberación de los presos políticos y un calendario electoral.
A continuación el comunicado:
La Santa Sede manifiesta nuevamente su profunda preocupación por la radicalización y el agravamiento de la crisis en la República Bolivariana de Venezuela, por el aumento de los muertos, de los heridos y de los detenidos. El Santo Padre, directamente y a través de la Secretaría de Estado, sigue de cerca dicha situación y sus implicaciones humanitarias, sociales, políticas, económicas e incluso espirituales. Asimismo, asegura su constante oración por el País y por todos los venezolanos, mientras invita a los fieles de todo el mundo a rezar intensamente por esta intención.
Al mismo tiempo, la Santa Sede pide a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno, que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución; se eviten o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que, más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro; se creen las condiciones para una solución negociada de acuerdo con las indicaciones expresadas en la carta de la Secretaría de Estado del 1 de diciembre de 2016, teniendo en cuenta el grave sufrimiento del pueblo a causa de las dificultades para obtener alimentos y medicamentos, y por la falta de seguridad.
La Santa Sede dirige, finalmente, un apremiante llamamiento a toda la sociedad para que sea evitada toda forma de violencia, invitando, en particular, a las Fuerzas de seguridad a abstenerse del uso excesivo y desproporcionado de la fuerza.