El Clan del Golfo, la banda criminal más temida de Colombia

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La banda criminal Clan del Golfo, que manifestó al Gobierno su intención de someterse a la justicia, está considerada por las autoridades como una de las organizaciones más peligrosas del país y también como la mayor amenaza para la paz tras la firma del acuerdo con las FARC.

El Clan del Golfo es una de las bandas herederas de los negocios de narcotráfico y extorsión de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que se desmovilizaron en 2006, aunque muchos de sus integrantes comenzaron su carrera delictiva en la guerrilla maoísta Ejército Popular de Liberación (EPL), que dejó las armas en 1991, pero persiste una disidencia en actividad.

Un ejemplo de ese reciclaje en el mundo del crimen es el máximo líder del Clan del Golfo, Dairo Antonio Úsuga David, alias “Otoniel”, de 46 años, que comenzó en el EPL, luego pasó a las AUC y cuando estas se disolvieron creó su propia banda criminal, llamada inicialmente Los Urabeños, por lo cual es hoy el hombre más buscado de Colombia.

Por “Otoniel”, el Gobierno colombiano ofrece una recompensa de 3.000 millones de pesos (un millón de dólares) y el de Estados Unidos va más allá, con otra de hasta cinco millones de dólares, según los volantes que reparte la Policía Nacional principalmente en la selvática y rica región agroindustrial región de Urabá, limítrofe con Panamá.

El capo está desde 2013 en la “Lista Clinton” de EE.UU. junto a los más peligrosos narcotraficantes y blanqueadores de dinero en el mundo.

El Clan del Golfo nació en Urabá y es allí donde tiene su principal área de influencia, aunque se ha extendido a otras regiones del país, como la costa atlántica, la frontera con Venezuela y a departamentos de la costa del Pacífico, ya que esas regiones son claves geográficamente para enviar cocaína al exterior.

Esa presencia extendida quedó en evidencia a comienzos de abril del año pasado durante un “paro armado” de esta banda criminal que paralizó 36 municipios de diferentes regiones del país y dejó cinco personas muertas.

Los “paros armados” y el asesinato selectivo de policías, una estrategia macabra que llaman “plan pistola”, forman parte de las acciones intimidatorias a las que recurre el Clan del Golfo para atemorizar a la población y mostrar su poder.

Para capturar a “Otoniel”, el Gobierno se inspiró en la Guerra de Troya y puso en marcha en febrero de 2015 en Urabá la Operación Agamenón, un enorme despliegue de más de 1.200 policías que propinó duros golpes a esta banda que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) para dar un cariz político a su actividad criminal.

En una de las acciones de Agamenón el Gobierno sufrió un revés el 4 de agosto de 2015 cuando 16 policías de un cuerpo de elite llamado Comandos Jungla murieron al accidentarse entre las localidades de Carepa y Chigorodó, en Urabá, el helicóptero Black Hawk en que perseguían a Luis Orlando Padierna Peña, alias “Inglaterra”, otro capo de la banda.

El pasado 22 de junio el Gobierno lanzó la Operación Agamenón II, bajo el mando del general de la Policía Jorge Luis Vargas, que en menos de tres meses ha arrojado importantes resultados.

El pasado jueves fue abatido el número dos de esta banda, Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, en una acción de comandos de la Armada Nacional llevada a cabo en Puerto Plata, un caserío de Turbo, también en Urabá.

Días antes en las afueras de Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, cinco integrantes del Clan del Golfo murieron y once fueron capturados en una operación contra la gente de alias “Inglaterra” en la que también cayó un teniente del Ejército.

El tercero del Clan del Golfo, Efrén Vargas Gutiérrez, hermano de “Gavilán”, también perdió la vida en otra acción de Agamenón II, el pasado 11 de julio en las selvas de Urabá.

El nombre de Clan del Golfo lo puso a la banda el Gobierno, que en 2014 consideró que llamarlos Los Urabeños era una injusticia con la gente de esa región de Colombia y decidió renombrarla Clan Úsuga por el apellido de alias “Otoniel”, informa Efe.

Sin embargo, las protestas de muchos colombianos decentes que llevan el apellido Úsuga llevaron al Gobierno a llamarla finalmente Clan del Golfo, por el accidente geográfico en que está la región de Urabá.