Al menos 61 muertos, más de 250 heridos y 159 municipios con declaratoria de emergencia es el saldo preliminar del terremoto que la noche del jueves sacudió México y una parte de Centroamérica, el de mayor magnitud sufrido por este país desde 1932.
Varios municipios del sur de México se despertaron hoy entre escombros, edificios dañados y sin energía eléctrica, como consecuencia del sismo de magnitud 8,2 en la escala de Richter registrado a las 23.49 hora local del jueves (04.49 GMT del viernes).
Desde que la tierra tembló el número de fallecidos no ha dejado de incrementarse.
El presidente Enrique Peña Nieto declaró hoy tres días de luto nacional por las víctimas fatales del terremoto, a las que cifró de forma preliminar en 61 entre los estados de Oaxaca, Chiapas y Tabasco.
“He decretado que hoy, mañana y pasado se guarde luto nacional por las personas que han fallecido ante el embate de este sismo”, declaró el mandatario en un mensaje emitido desde Juchitán, Oaxaca, a donde se desplazó para realizar un recorrido por las zonas más afectadas.
De acuerdo con Peña Nieto, 45 personas murieron en Oaxaca (sur), 12 en Chiapas (sureste) y 4 en Tabasco (sureste).
De los fallecidos en Oaxaca, 36 corresponden al municipio de Juchitán, precisó. La prioridad en ese lugar, aseguró, es “restablecer el abasto de agua y alimentos, así como la atención médica de las personas afectadas”.
Las estimaciones iniciales indican que hasta 50 millones de personas estuvieron expuestas al terremoto en México y 37 millones lo percibieron de manera moderada o fuerte.
La magnitud del terremoto, cuyo epicentro se ubicó a 133 kilómetros al suroeste de Pijijiapan, en Chiapas, superó a la registrada el 19 de septiembre de 1985 (de 8,1 en la escala Richter).
Aunque en la capital no se registraron víctimas mortales ni daños mayores, el sonido de la alerta sísmica hizo que volvieran los fantasmas del 85, cuando miles de personas murieron en la ciudad.
La Secretaría de Gobernación emitió una declaratoria de emergencia para 41 municipios del estado de Oaxaca. La región más duramente golpeada por el movimiento telúrico es la del Istmo de Tehuantepec, en especial Juchitán.
Allí alrededor de 7.000 viviendas, la mitad del total, tienen daños estructurales mayores, según el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat.
Además, hay un policía que está desaparecido y que se presume que está bajo los escombros del Palacio Municipal, parcialmente derruido.
La Secretaría de Marina emitió en Chiapas una alerta en la región por riesgo de tsunami, por lo que casi 10.000 personas fueron evacuadas, “principalmente en la costa”, desde que ocurrió el terremoto, pocos minutos antes de la medianoche, señaló el mandatario estatal, Manuel Velasco.
La Secretaría de Gobernación declaró en emergencia extraordinaria a 118 municipios de Chiapas, mientras el Ejército puso en marcha el plan DN-III, con el que se desplazaron aproximadamente mil militares a las zonas afectadas.
Además, un centenar de integrantes de la Gendarmería se trasladó a los municipios que lo necesitaban.
En Chiapas, Oaxaca y Tabasco, la red carretera federal sufrió algunos daños “sin afectar la conectividad”, aseveró la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
Asimismo, se documentaron asentamientos, derrumbes y deslaves en otras carreteras de estos estados y más de un centenar de sitios de telefonía rural de estas regiones dejaron de funcionar.
Las autoridades mexicanas llamaron a permanecer alerta tras el terremoto ante posibles réplicas.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró que, hasta las 13.00 hora local (18.00 GMT), se detectaron 337 réplicas. Entre ellas, la de mayor magnitud fue de 6,1 en la escala de Richter, informa Efe.
México vivió tan solo el año pasado 15.400 movimientos sísmicos, según datos de la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM).