El Vaticano explicó que prescindió de los servicios del primer revisor general de finanzas, Libero Milone, porque se extralimitó en sus funciones e investigó de forma ilegal la vida privada de algunos exponentes de la Santa Sede.
De este modo el Vaticano salió al paso de la entrevista que el auditor ha concedido a varios medios y en la que dice que su dimisión, el pasado 19 de junio tras dos años en el cargo, se produjo bajo intimidación y amenazas de detención, informa Efe.
En un comunicado, la Santa Sede recuerda que, con la declaración de Milone, “queda quebrantado el acuerdo de mantener en secreto los motivos de su dimisión”, por lo que ofrece su versión de los hechos.
En este sentido recuerda que, en base a los estatutos, “la labor del revisor general es el de analizar los presupuestos y las cuentas de la Santa Sede y de sus administraciones”.
“Lamentablemente consta que la oficina dirigida por Milone, excediéndose en sus competencias, encargó ilegalmente a una sociedad externa el desarrollo de actividades investigadoras sobre la vida de exponentes de la Santa Sede”, se lee en la nota.
“Esto, además de constituir un delito, ha irremediablemente mermado la confianza en el señor Milone, el cual, ante su responsabilidad, aceptó libremente ofrecer su dimisión”, agrega.
Por último el Vaticano asegura que “las investigaciones fueron conducidas con todo escrúpulo y respeto”.