Las enormes figuras de piedra en las laderas de la Isla de Pascua son tradicionales del enigmático pueblo que otrora prosperó en ese punto de tierra en el medio del océano Pacífico. Nuevas investigaciones genéticas solo profundizaron el misterio que lo rodea.
Científicos dijeron el jueves que un análisis de ADN de antiguos restos óseos descartaron que los habitantes de la Isla de Pascua se hayan entremezclado con sudamericanos antes de la llegada de los europeos a la isla en 1722.
Un estudio genético del 2014 había señalado que un cruzamiento entre el pueblo de Isla de Pascua, o Rapa Nui, y nativos de América del Sur ocurrió aproximadamente entre el 1300 y el 1500. La nueva investigación, que analizó el ADN de tres personas Rapa Nui de los siglos XIV y XV y dos del siglo XIX, no halló evidencia de la mezcla.
La investigación destaca el aislamiento de este pueblo, que vivió a unos 3.700 kilómetros al oeste de América del Sur y a 1.770 kilómetros de la isla más cercana.
“Nuestro estudio muestra que no existe un escenario de mezcla de población y migración entre Rapa Nui y América como sugirieron muchos arqueólogos, historiadores, genetistas de población e incluso aventureros”, dijo la arqueóloga Cat Jarman de la Universidad de Bristol en Gran Bretaña.
Jarman dijo que el estudio, publicado en Current Biology, confirmó la creciente evidencia de que la Isla de Pascua fue poblada por polinesios que cruzaron el océano. “Nos sorprendió que no encontráramos ninguna adición de indígenas americanos en nuestros antiguos individuos Rapa Nui”, añadió Jarman.
El pueblo Rapa Nui formó una cultura excepcional famosa por las 900 estatuas de piedra conocidas como moái que se encuentran en la Isla de Pascua. La cultura prosperó desde aproximadamente el 1200, informa Reuters.
El estudio no descartó algún tipo de contacto cultural entre la Isla de Pascua y América del Sur. “Sin embargo, si ocurrió, la nueva evidencia sugiere que fue infrecuente o, al menos, que no dejó un rastro genético perceptible”, dijo Jarman.