El presidente de EE.UU., Donald Trump, mandó dos mensajes muy claros tras el atentado del martes en Nueva York: que no descarta retomar el uso de la cárcel de Guantánamo enviando allí al sospechoso, un inmigrante uzbeko, y que quiere poner fin cuanto antes a la muy popular lotería de visados.
En el atentado, que consistió en un atropello múltiple en Manhattan y considerado el peor ocurrido en Nueva York desde los ataques del 11 de septiembre de 2001, murieron ocho personas, cinco de ellas de nacionalidad argentina, y doce más resultaron heridas.
El sospechoso, un inmigrante uzbeko de 29 años que llegó a EE.UU. en 2010 e identificado como Sayfullo Saipov, fue herido por disparos de un policía y permanece bajo vigilancia en un hospital de Nueva York.
Saipov llevaba varias semanas preparando el ataque y siguió “exactamente” instrucciones del grupo yihadista Estado Islámico (EI), según detallaron hoy en una rueda de prensa las autoridades de Nueva York.
Durante una reunión con su gabinete en la Casa Blanca, Trump llamó hoy a ser “mucho más duros e inteligentes” y “menos políticamente correctos”, al argumentar que ataques como el de Nueva son el resultado de que gobiernos anteriores, particularmente el de Barack Obama, fueron demasiado permisivos con la inmigración y frente al terrorismo, informa Efe.
“Enviarlo (al sospechoso) a Guantánamo. Definitivamente lo consideraría”, comentó el presidente, quien calificó de “animal” al presunto terrorista, al ser preguntado al respecto por un periodista.
Nadie detenido en suelo estadounidense ha sido enviado nunca al penal de Guantánamo, ubicado en una base naval en Cuba, y desde 2008 no ha sido trasladado allí ningún presunto terrorista capturado en el extranjero.