Bordô (granate), un joven puma macho capturado cuando era cachorro, se convertirá en el primer animal de su especie que será suelto en una hacienda de la sabana brasileña, un lugar que por iniciativa privada y respaldo del Gobierno acogerá un “santuario” para la preservación de felinos salvajes.
El puma, que recibió el nombre de “Bordô”, por el color granate de la tinta con la que fue marcado para su identificación, llegó el martes pasado a Brasilia, la capital brasileña, para pasar por exámenes y pruebas veterinarias antes de ser devuelto a su hábitat natural.
La suçuarana u onza parda, como se conocen los pumas en Brasil, espera el aval de los veterinarios y el equipo de especialistas para retornar a la naturaleza en el ecosistema del Cerrado, la amplia sabana de la región centro-oeste de Brasil en el estado de Goiás y próxima al Distrito Federal de Brasilia.
El trabajo de reintegración del felino a su hábitat natural está siendo coordinado por el estatal Instituto Brasileño del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama) y contó con el apoyo de las oenegés NEX y Brasilia é o Bicho.
Después de varios meses de permanencia en una hacienda de Unaí, ciudad del suroriental estado de Minas Gerais y donde el puma fue capturado cuando todavía era cachorro, Bordô llegó a Brasilia y fue sometido a revisión médica, un proceso que determinará cuándo puede ser llevado al futuro “santuario”, ubicado a unos 150 kilómetros de la capital.
“Realizamos un procedimiento médico veterinario y de exámenes clínicos. Le dimos un sedante, recolectamos sangre para saber si el animal está bien y una ultrasonografía también, un chequeo general y todo va bien”, señaló a Efe el veterinario Thiago Luczinski, voluntario de la ONG a favor de los animales silvestres NEX.
El proceso se realiza en el Centro de Muestras de Animales Silvestres (Cetas) de Brasilia, organismo que en 2016 recibió en sus sedes de todo el país 39.637 animales silvestres, de los cuales el 78 % fue devuelto a su hábitat natural.
El trabajo de revisión médica del puma es acompañado por la hacienda Veredas do Cerrado, propiedad del empresario Caio Freitas y lugar que tiene una tradición de preservación de la naturaleza desde hace 42 años, cuando fue adquirida por el padre del actual dueño.
Freitas busca transformar el lugar, que ya forma parte de investigaciones y estudios sobre el ecosistema del Cerrado, en un “santuario” para acoger a felinos salvajes que por diversas razones fueron retirados de su hábitat natural en las diferentes regiones del país.
Biólogos y veterinarios, desde hace dos años, estudian el terreno de 300 hectáreas que recibirá a los felinos amenazados y Bordô deberá ser el primero en habitar el lugar, un amplio espacio dotado de fuentes de agua natural y alimentos.
Otros pumas y jaguares ya habitan el ecosistema del Cerrado, del que forma parte la hacienda.
“Una cosa interesante que hicimos fue que como este animal va a ser suelto, necesitábamos tener una identificación visual de él, porque será vigilado por cámaras”, explicó Luczinski.
De acuerdo con el veterinario, la identificación con “dos marcas laterales con tinta de cabello, para no lastimar al animal cuando mude de pelaje y que desaparecerá cuando se produzca ese cambio, no va agredir al animal y él va a tener una vida normal”.
“Va a ser algo temporal, para que podamos identificarlo en las cámaras, caminando, y si está todo bien podemos visualmente mirar si él está flaco o engordó, entonces esa marca es importante para nosotros”, detalló Luczinski.
Antes de ser sometido a las pruebas de orina, sangre, chequeos del corazón, revisión de la presión y exámenes de ultrasonido en Brasilia, el animal, en su traslado desde Minas Gerais, había pasado por Goiania, capital de Goiás y en donde el puma tuvo su primer contacto con la sabana central brasileña.