Un grupo de jóvenes del departamento colombiano del Chocó, en la región del Pacífico, se enfrentan a través del baile a la violencia y delincuencia que aqueja su región, una de las más pobres del país.
“¡El pueblo no se rinde, carajo, que vivan los chocoanos!” es el verso de una canción de protesta que emite un equipo de música colocado en el suelo en una calle de Quibdó, la capital del Chocó, al lado de unos veinte chicos y chicas que se mueven descalzos al ritmo de la música y corean la letra.
Casi inmediatamente después la canción se transforma en la comercial “Shape of you” de Ed Sheeran y otras composiciones tan conocidas como desconocidas, sin que los jóvenes cesen en su coreografía en medio del bochorno de Quibdó.
Son miembros de la Corporación Jóvenes Creadores del Chocó, una organización que agrupa a alrededor de 300 adolescentes para practicar teatro, danza tradicional y danza urbana y alejarse así del contexto de violencia y vulnerabilidad que se vive en el departamento.
“No todo es cárcel o cementerio. Hay la elección de vivir”, afirma con vehemencia a Efe Katherin García Gil, una joven de 26 años que coordina la organización y dirige a los jóvenes.
Katherin fue a su vez una adolescente bailarina en el grupo, cuando éste se creó en 2008.
“Para mí era muy enriquecedor, porque lo rutinario era ver cómo muchachos de mi edad estaban participando en grupos delincuenciales, consumían drogas, el alcoholismo era muy fuerte, para las mujeres era fácil llegar a la prostitución estando muy pequeñas”, afirma.
“Realmente las salidas que teníamos eran muy pocas, pero cuando empezó Jóvenes Creadores vi que yo por aquí me quería perfilar, y así es cuando vas restándole importancia a los problemas que vemos todos los días”, prosigue.
El Chocó es la región con mayor porcentaje de personas en situación de pobreza, un 62,8 % según datos del Gobierno colombiano, y sufre una de las mayores tasas de desempleo, analfabetismo y mortalidad del país.
Además, el departamento tiene una de las poblaciones más jóvenes de Colombia y es el que concentra más afrodescendientes.
Así son el bailarín Luis David Córdoba y todos sus compañeros: jóvenes, afrocolombianos y con muchas dificultades en la vida cotidiana.
“Nosotros quisiéramos que a través del baile se expresaran muchas cosas, y que los demás jóvenes que están introducidos en la violencia hicieran lo mismo que nosotros: salir adelante”, afirmó a Efe Córdoba.
El bailarín, que diseñó una coreografía que llevó al grupo a bailar en diferentes lugares del país y a ganar diversos premios, añadió que en el futuro se ve como “un gran líder” y “un ejemplo a seguir” en su comunidad.
Katherin explica por su parte que “cuando la gente ve a los chicos bailando ellos se convierten en un referente. Les eleva la autoestima. Pasan de sentirse como el problema de Quibdó a ser alguien importante, a estar montados en los escenarios, a que la gente los admire”.
El grupo de danza busca mezclar los estilos tradicionales y los más modernos porque quiere “rescatar todo lo que tenga que ver con la cultura chocoana pero también innovar” sobre esa base, para atraer a la juventud hacia la tradición, según Katherin.
Un ejemplo es el baile de “La Batea”, una coreografía que mezcla ambos estilos y que idearon los adolescentes para grabar un vídeo que colgaron hace un año y medio en YouTube, y que ya acumula más de ocho millones de reproducciones, informa Efe.
“La percepción sobre los jóvenes ha cambiado de manera rotunda. Cuando empezamos, éramos vistos como rateros, luego empezamos a tomarnos los semáforos y actuar en las calles”, recuerda Katherin.