Esta investigación sostiene que los “dramáticos” efectos que el cambio climático está teniendo en esa región del planeta está obligando a los osos polares a desplazarse a mayores distancias y dificultándoles la captura de sus presas.
“Hemos estado documentando descensos en las tasas de supervivencia del oso polar, la condición corporal y el número de población en la última década”, apuntó en su artículo el autor principal, Anthony Pagano, de la Universidad de California en Santa Cruz.
El estudio identifica los mecanismos que están impulsando esas disminuciones al observar las necesidades energéticas reales de los osos polares y la frecuencia con la que pueden atrapar focas, reporta Efe.
A medida que el Ártico se calienta y se derrite más hielo marino, los osos tienen que moverse en distancias “mucho más grandes que antes”, según los biólogos, lo que provoca que gasten más energía durante el verano, cuando están ayunando hasta que el hielo regrese en otoño.
Además, los investigadores encontraron que los osos polares tienen tasas metabólicas más altas de lo que se pensaba.