Un panel sobre Ciudades Inteligentes del Foro Económico Mundial para América Latina, que concluyó en la ciudad brasileña de Sao Paulo, mostró diversas ideas de cómo la tecnología puede aplicarse para crear un ambiente más incluyente, más sostenible y más humano en las urbes de la región.
“Para pensar en una ciudad inteligente hay que pensar en una ciudad incluyente”, dijo la titular de la Secretaría Nacional de Vivienda de Paraguay, María Soledad Núñez Méndez.
Es decir, una ciudad donde todas las personas participen y compartan de la vida de la ciudad, sin importar su edad, género, situación económica o social, o si viven en áreas centrales o periféricas, explicó.
Para la funcionaria, lograr esto es posible porque ahora se cuenta con “políticas de innovación e inclusión”, que son la base de ciudades del futuro y a que los gobiernos tienen rubros anuales para desarrollar esos programas.
Según Núñez, en Latinoamérica, de 12 habitantes, cuatro viven en barrios marginales en condiciones precarias y son precisamente esas comunidades las que necesitan “ver las ventajas de esos programas”.
Esta tesis se reforzó con la propuesta de Jonathan Hursh, fundador y productor ejecutivo del proyecto Utopía, quien opina que la solución para mejorar la calidad de vida de las personas está en las microciudades.