La directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Audrey Azoulay, anunció su intención de centrar la atención del organismo en los desafíos éticos que presenta la inteligencia artificial.
“La Unesco puede estar en la primera línea para ayudar a definir un marco que garantice la conformidad de los sistemas de inteligencia artificial con los derechos fundamentales”, dijo en el Consejo Ejecutivo del organismo.
En su primer discurso de política general ante el mismo desde que asumió el cargo el pasado noviembre, la también exministra francesa de Cultura dijo ser consciente “de la ambigüedad que entraña el progreso científico y técnico y de la necesidad de enmarcarlo con valores y respaldarlo con normas éticas”.
Expresó por ello su intención de que la organización “oriente a los investigadores en la elaboración de los programas y ayude a los gobiernos a instaurar políticas públicas”, reporta Efe.
“En este periodo de transformaciones, la función de conciencia moral y organismo normativo que desempeña la Unesco es decisiva, ya que se trata del único foro que permite dar voz a todos en una conversación que debe ser mundial”, añadió.