Un estudio realizado por investigadores estadounidenses sentó las bases para que los corales puedan ser modificados genéticamente en aras de su conservación y supervivencia, informó hoy la publicación especializada “Proceedings of the National Academy of Sciences”.
La investigación, realizada por expertos de la Universidad de Stanford, abrió la puerta a la utilización de una herramienta de edición de genes que permitiría conocer mejor la biología de los corales y favorecer su transformación de cara a la supervivencia ante el fenómeno de los blanqueamientos.
Se trata de la primera vez que un trabajo concluye que el mecanismo CRISPR-Cas9, que se emplea para apuntar y modificar secuencias de ADN, podría servir como un “potente recurso” para los biólogos de los corales.
Desde finales de la década de 1990, los arrecifes de coral han experimentado oleadas de lo que se conoce como “blanqueamiento de coral”, un proceso en el que las condiciones del océano -sobre todo las altas temperaturas- matan o, al menos, dañan a estos animales y apagan sus vivos colores.
El objetivo del estudio era ampliar el conocimiento sobre la genética de estos seres vivos, así como averiguar la participación de estos en la supervivencia de los propios corales y en la creación de nuevas colonias.
Hasta el momento, el uso de estas técnicas había sido complicado debido a las formas de reproducción de los corales, por lo que el uso del CRISPR-Cas9 no se había ejecutado antes.
Ahora, tras el trabajo de los investigadores, estos pueden introducir esta herramienta en el cigoto durante el breve proceso reproductivo con objeto de establecer mutaciones.
“Esperamos que experimentos futuros que utilicen CRISPR-Cas9 nos ayuden a desarrollar un mejor entendimiento de la biología coral base que se podría aplicar para predecir lo que va a pasar en el futuro en base al clima cambiante”, dijo Phillip Cleves, uno de los investigadores del trabajo.
Cleves experimentó modificando los genes fluorescentes rojo y verde -entre otros- y concluyó que con esta herramienta eran capaces de seleccionar y modificar múltiples objetivos siempre que fuesen similares.
El experto incidió en que la meta no es crear un “súper coral” que pudiera extenderse por todo el océano, sino “conocer los mecanismos de cómo funcionan” y “utilizarlos para los esfuerzos por conservarlos en el futuro”.
Según recordó la publicación especializada, actualmente se ha perdido el 27 % de la población de corales del mundo debido a una combinación del cambio climático y la actividad humana, informa Efe.
“Si podemos empezar a clasificar los genes que son importantes, podremos tener una idea de qué podemos hacer para ayudar a la conservación”, enfatizó Cleves.