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La apuesta anunciada a principios de este año de Apple de centrarse en los servicios para hacer frente a la caída en ventas del iPhone empieza a dar sus frutos, y la compañía mostró en sus resultados cómo lo que pierde por un lado lo está ganando por otro.
La multinacional estadounidense anunció unas ganancias para el conjunto de su año fiscal 2019 de 55.256 millones de dólares, un 7,18 % menos que los beneficios conseguidos en el ejercicio anterior, así como una reducción en la facturación, que bajó un 2 % hasta los 260.174 millones de dólares.
Más allá de las cifras generales, los datos más significativos de las cuentas fueron el despiece por origen de los ingresos, así como la facturación relativa al período más reciente, el que fue de julio a septiembre de 2019.
En este último trimestre la facturación no bajó como en el conjunto del año, sino que subió un 1,8 %, especialmente por el crecimiento en el segmento de servicios, la gran apuesta que Apple ha realizado para sobreponerse a los problemas del hardware.
Si en 2018 las ventas de iPhone supusieron el 62 % de todo el dinero ingresado por Apple, en el ejercicio que cerró en septiembre este porcentaje se redujo al 54,7 %, en un contexto de estancamiento en las ventas de teléfonos móviles en todo el mundo, no solo en el caso de la firma que dirige Tim Cook.
Fue precisamente esta caída de las ventas la que llevó a la compañía de la manzana mordida a anunciar en enero que dejaría de ofrecer resultados detallados sobre el número de unidades de iPhone vendidas cada trimestre, algo que los analistas interpretaron como un esfuerzo por “esconder” unas cifras que sabían que no iban a ser buenas.
Pese a no facilitar el número de móviles vendidos, la compañía sí que sigue informando del origen de sus ingresos por segmento, lo que permite comparar el negocio del iPhone -de tendencia claramente bajista- con el de los servicios o la tecnología “ponible”, que van al alza.
En el marco de esta reorientación de la estrategia de la firma, Apple celebró en marzo un evento nada habitual en sus esquemas habituales centrado únicamente en los servicios y donde anunció el lanzamiento de tres nuevas líneas: AppleTV+, de contenidos originales de televisión en “streaming”; la plataforma de videojuegos Arcade y la de revistas y noticias News+.
En cuanto al otro segmento que está experimentando un mayor crecimiento, el de accesorios y tecnología para la ropa y el hogar, una de las principales estrellas son los auriculares inalámbricos AirPods, de los cuales la empresa anunció el lunes una versión de gama alta.
Los AirPods Pro, como han sido bautizados, presentan como principales novedades un rediseño con tres tamaños distintos de almohadillas de silicona para ajustarse a las dimensiones de cada oído y la cancelación “activa” de ruido mediante el uso de dos micrófonos combinados con software, que se adaptan a la anatomía del oído de cada usuario.
Además de servicios y tecnología para la ropa y el hogar, Apple también ingresó más por las tabletas iPad y los ordenadores Mac durante los pasados doce meses, de manera que el único segmento de negocio que vio reducida su facturación fue el de los teléfonos móviles.
Las cuentas de hoy fueron las primeras en reflejar -aunque de forma muy limitada- la llegada al mercado del último modelo de iPhone, el iPhone 11, que llegó a las tiendas el 20 de septiembre y que Apple asegura que está teniendo “un buen recibimiento” entre los consumidores.
Durante los pasados doce meses, los tenedores de acciones de Apple se vieron compensados con 11,89 dólares por título, ligeramente por debajo de los 11,91 dólares obtenidos en 2018.
Pese a lo aparentemente malo de los resultados, estos se situaron por encima de las expectativas de los inversores, y las acciones de Apple se revalorizaban un 1,81 % hasta los 247,55 dólares por título en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de los mercados en Wall Street. EFE