El cantante español Enrique Iglesias demandó a Universal International Music al considerar que la casa discográfica ha “distorsionado” sus contratos con el artista en perjuicio del pago por la reproducción digital de sus canciones.
El artista español pidió ser retribuido económicamente “por la mala conducta de Universal en una cantidad que se establecerá en el juicio”, según el texto de la demanda a la que tuvo acceso Efe.
“Durante mucho tiempo Universal ha ignorado, y ahora está intentando distorsionar, los términos claros de sus acuerdos con los artistas, de modo que solo ellos se benefician de los ahorros que dejan las transmisiones digitales”, expresó su abogado, James G. Sammataro.
Sammataro aseguró que agotaron varias estancias para que Universal “cumpliera con sus obligaciones contractuales”, pero que se vieron obligados a presentar la demanda ante el Distrito Sur de Florida.
En los documentos legales, los abogados recuerdan que Iglesias ha alcanzado con sus canciones el número uno de las listas latinas de Billboard en 27 ocasiones, “más del doble que cualquier otro artista”.
“Pocas relaciones comerciales en la historia de la industria de la música han logrado el éxito comercial alcanzado por Enrique Iglesias y Universal”, enfatizó su abogado en una declaración escrita.
De igual forma, los abogados de Iglesias solicitan en la querella permitirles “acceder a los libros y registros de Universal” y ordenar la contabilidad de todos los ingresos de acuerdo con los términos de los contratos.
Según Sammataro, Universal “ha insistido erróneamente en que a los artistas como Enrique se les pague por las transmisiones de la misma manera que se les paga por los registros físicos, a pesar de que ninguno de los costos (producción, distribución, inventario, pérdidas) realmente existen”.
Precisó que en el mundo digital esto no es lo que exige el contrato de Iglesias, o los contratos de muchos otros artistas.
Aseguró que los artistas, productores y compositores deberían beneficiarse de los costos reducidos de la distribución digital.