El secreto de la longevidad de los habitantes de las llamadas “zonas azules” radica en una combinación de factores espirituales, de convivencia con una vida sana y feliz, concluyó hoy un foro de tres días llevado a cabo en Costa Rica.
La Península de Nicoya, provincia de Guanacaste (oeste), fue el escenario del foro Encuentro Mundial de Zonas Azules, ya que se trata de una de las cinco zonas azules del mundo por la excepcional longevidad de sus habitantes: al menos 900 personas mayores de 90 años y 43 de más de 100, la mayoría lúcidos y activos.
La mayoría de estas personas ha dedicado su vida a trabajar en el campo en ganadería o agricultura y parte de su dieta se compone de los alimentos que ellos mismos producen.
El coordinador del foro científico del Encuentro Mundial de Zonas Azules, el costarricense Fernando Montero, afirmó que se trató de una experiencia “sumamente satisfactoria” por el intercambio de experiencias entre expertos internacionales.
“Se lograron obtener puntos de convergencia relevantes de cómo la longevidad saludable se obtiene al visualizar a las personas desde una óptica completa e integral, desde su espiritualidad y el comportamiento de convivencia, la sana alimentación, las horas de sueño, así como la importancia de tener metas claras y determinar qué generara felicidad, con la familia como un eje fundamental”, explicó Montero.
Los expertos internacionales coincidieron en la necesidad de comunicar al mundo los factores que hacen posible una longevidad saludable y para reflexionar acerca del proceso que conllevan las Zonas Azules como espacios geográficos singulares en el mundo.
Con ese fin, acordaron crear una Red Internacional de Longevidad Saludable que será liderada desde Costa Rica.
El concepto de Zonas Azules fue creado por la revista National Geographic y abarca cinco sitios: la Península de Nicoya (Costa Rica), Cerdeña (Italia), Ikaria (Grecia), Okinawa (Japón) y Loma Linda, California (Estados Unidos).
El periodista Dan Buettner, uno de los creadores del concepto de Zonas Azules, dijo en el foro que la humanidad debe tratar de emular el estilo de vida de las personas longevas de estas zonas, especialmente su conexión con otras personas y el medio ambiente.
“Es un orgullo enorme ver los resultados de cómo la idea de investigar sobre el tema de la longevidad que surgió hace 15 años se ve materializada en la reunión de los grandes científicos investigadores sobre el tema de las Zonas Azules”, declaró Buettner.
El investigador demográfico belga Michael Poulain comentó que una de las lecciones más importantes del Encuentro Mundial de Zonas Azules es comunicar al mundo lo que en estos sitios ocurre.
“Costa Rica posee un tesoro de longevidad en la Península de Nicoya que proviene de las generaciones pasadas y ha sido construido año tras año. Este tesoro incluye la atmósfera que los rodea”, aseguró.
En el marco del foro, el Gobierno costarricense firmó un convenio con las Alcaldías de Nandayure, Hojancha, Carrillo, Santa Cruz y Nicoya, los cantones que conforman la Zona Azul, con el fin de generar políticas públicas que busquen proteger la calidad de vida de sus habitantes.
Entre los compromisos adquiridos sobresale la promoción sostenible y equitativa de la población de longevos, establecer una agenda cultural afín, fortalecer el turismo rural, comunitario y sostenible; impulsar mecanismos que desarrollen buenas prácticas de promoción de la salud y fortalecer las redes de apoyo, informa Efe.
En el foro participaron unos 200 longevos saludables con edades superiores a los 80 años, quienes compartieron sus experiencias y disfrutaron de actividades culturales y gastronómicas.