Pilar Abella, secretaria general de la DiMayor (División Mayor del Fútbol Colombiano), la organización que gestiona el fútbol profesional del país, analizó la primera temporada de la liga femenina profesional en Colombia, que se cerró con una final ante 33.000 espectadores.
Colombia completó entre enero y junio pasado la primera temporada de la Liga Femenina Águila, la primera edición de una liga profesional de fútbol para mujeres en su historia, con el Independiente de Santa Fe como ganador en una final a doble partido (1-2 y 1-0) ante el Atlético Huila.
La vuelta de la final se disputó en el estadio de El Campín de Bogotá ante 33.000 espectadores, que vieron cómo el conjunto femenino de Santa Fe imitaba al masculino, que también ganó el torneo inaugural del fútbol colombiano en 1948.
“Estamos muy contentos de haber tenido tantos espectadores y aceptación de público. Para nosotros es un orgullo, un tema de un gran impacto social de representación, porque ellas ven ese fruto de su trabajo, apoyado por los espectadores colombianos”, aseguró Abella a EFE, en una entrevista que tuvo lugar durante su participación en el foro ‘Women’s Football Summit’ en Madrid.
Esta asistencia, que supera la de cualquier partido femenino hasta la fecha en España, es “fruto del apoyo de la gente”, según la secretaria general de la DiMayor, la entidad que gestiona la competición profesional masculina, y ahora también la femenina.
“La gente está demostrando que sí ve fútbol profesional, y sí ve fútbol femenino”, agregó Abella, que explicó que la puesta en marcha de la nueva competición formó parte de las “nuevas estrategias” puestas en marcha por Jorge Perdomo, presidente de la DiMayor desde noviembre de 2015.
“El nuevo presidente trajo unas estrategias novedosas, entre ellas el licenciamiento y la creación de la liga femenina. Se citó a los 36 clubes del campeonato masculino, no todos pudieron participar por un tema económico de inicio, pero aquellos que apostaron y decidieron invertir fueron con los que arrancamos, por lo que empezamos con 18”, relató.
Los responsables del fútbol colombiano determinaron en el arranque de la competición que los equipos que tengan representación masculina tienen dos años para estructurar los equipos femeninos y si no lo hacen, serán excluidos de jugar las copas Libertadores y Sudamericana, reporta Efe.
“Vender fútbol femenino no es fácil, es un nuevo mercado, un nuevo sistema en nuestro país, donde el deporte y más el fútbol es un nuevo producto que hay que socializar y un nuevo campo de acción para la mujer”, apuntó Abella.