La reina Isabel II leyó en la Cámara de los Lores el programa legislativo del Gobierno británico para los próximos dos años, que está dominado por proyectos de ley referentes al “brexit”, la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
En el llamado Discurso de la Reina, que marca la apertura oficial del curso parlamentario, se refirió a las 27 leyes que el Ejecutivo conservador de la primera ministra, Theresa May, pretende impulsar esta legislatura, ocho de ellas dedicadas a la marcha del bloque comunitario.
Entre esos proyectos de ley destaca la “Gran Ley de Derogación”, que revocará el Acta de Comunidades Europeas de 1972 -que en su día autorizó el ingreso del Reino Unido en la UE- y que convertirá en británicas las leyes comunitarias, además de poner fin a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia.
Otros textos destinados a materializar el “brexit”, haciendo que el Reino Unido recupere la gestión sobre ciertas áreas clave, son unas leyes de pesca, agricultura, aduanas e inmigración.
También se incluye un proyecto de ley de Comercio Internacional que permitirá al Reino Unido cerrar acuerdos con otros países cuando salga de la UE, y otro de Garantías Nucleares, para asegurar que las autoridades británicas velan por la seguridad en ese sector.
La Reina, que lee un discurso escrito por el Gobierno, se refirió también a un proyecto de ley de Sanciones Internacionales, que dará competencias a Londres para actuar en esa materia.
Además de la legislación del “brexit”, se incluyen en el programa gubernamental algunos proyectos de ámbito nacional relativos, por ejemplo, a la violencia doméstica, la promoción de los coches eléctricos, el régimen de alquileres o la construcción de infraestructuras.
Isabel II mencionó la visita de Estado, prevista del 12 al 14 de julio, de los reyes de España, Felipe y Letizia, mientras que no aludió al viaje del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo que ha desatado rumores de que podría haberse aplazado.
La visita de Trump, anunciada para después del verano, aunque sin fecha, ha suscitado muchas críticas en el Reino Unido y la prensa británica publicó que el presidente pidió postergarla.