Geoffrey Kipkorir Kirui se sobrepuso a un momento de crisis cuando sostenía en cabeza un mano a mano con el etíope Tamirat Tola para dar a Kenia el quinto título mundial de maratón con un tiempo de 2h08:27.
Tola hubo de conformarse con la medalla de plata (2h09:49) mientras por detrás el tanzano Alphonce Simbu, quinto en los Juegos de Río, progresó hasta la medalla de bronce con 2h09:51.
El británico Callum Hawkins fue cuarto con 2h10:17. Europa no gana una medalla desde el bronce del suizo Viktor Röthlin en 2007.
Con un parcial de 14:43 minutos en los cinco kilómetros que van del 30 al 35, Kirui, el hombre con mejor marca de los cien que salieron (2h04:11 este año en Dubai), se reveló inalcanzable en la fase decisiva de la carrera, que discurrió por el centro de Londres.
Cien corredores, 21 de ellos con marcas inferiores a 2h10 tomaron la salida a las 10.55 horas con viento ligero, 18 grados y un 68 por ciento de humedad para dar cuatro vueltas a un circuito con salida y llegada en Tower Bridge, pasando por el Parlamento y la catedral de St Paul.
Un trazado que el maratonista español Carles Castillejo describe como “ratonero, muy similar al de los Juegos Olímpicos 2012, con curvas, adoquín y subiditas”.
Por primera vez en un gran campeonato los dos maratones -masculino y femenino- se disputaban el mismo día y por vez primera las medallas se entregaban fuera del estadio, reseñó Efe.
En ausencia del campeón olímpico, el keniano Eliud Kipchoge, y del campeón mundial, el eritreo Ghirmay Ghebresslasie, que se reservaron para una carrera mejor remunerada en otoño, los etíopes tenían una buena oportunidad para recuperar el título dieciséis años después de la victoria de Gezahegne Abera en Edmonton.