El alemán Marcel Kittel (Quick Step) insistió infatigable en su dominio al esprint para apuntarse hoy la quinta victoria en la undécima etapa disputada entre Eymet y Pau, de 203,5 kilómetros, que registró dos caídas de Alberto Contador y el día número 50 del británico Chris Froome con el maillot amarillo en el Tour de Francia.
Se agotan los calificativos para Kittel, el gigante de Arnstadt, imparable en las rectas de llegada. Firmó la quinta victoria en la presente edición, la número 14 en el Tour y la misma cantidad en la temporada, lo que le convierte en el corredor más laureado del curso por delante del español Alejandro Valverde.
Sigue ganando y abrillantando el maillot verde, devorando a sus rivales con una facilidad pasmosa. No aparece en cabeza lejos de meta, ya le impulsan sus compañeros, pero a la hora de acelerar despega como un avión. En Pau levantó los brazos por delante del holandés Dylan Groenewegen (Lotto Jumbo) y del noruego Edvald Boasson Hagen (Dimension data).
Mientras Kittel levanta sus brazos, los rivales agachan la cabeza. Se puede decir que todos aceptan su enorme superioridad, que les tiene comida la moral. Junto al británico Mark Cavendish es el único que ha logrado 5 victorias en el Tour dentro del siglo XXI.
Día de transición para los favoritos, que llegaron sin novedad, en las mismas marcas la víspera de Pirineos. Froome festejó el hecho de igualar los 50 días de amarillo del mítico Jacques Anquetil, y se queda a 10 de Miguel Indurain (60, 1991 y 1995) y más lejos de Bernard Hinault (77) y Eddy Merckx (97).
Froome tachó un día del calendario con el italiano Fabio Aru (Astana) a 18 segundos y el francés Romain Bardet (Ag2r) a 51. Mikel Landa (Sky), sigue como mejor español, noveno a 3.06 minutos.
No fue de transición la jornada, sin embargo para Alberto Contador. El madrileño, abonado a las caídas, aterrizó dos veces en una jornada de balneario para casi todos. Más heridas, más dolor y menos moral para la reacción que se espera de un león herido.
“La gente que piense que me voy a dar por vencido no me conoce, este Tour me está poniendo al límite incluso psicológicamente. No estoy para atacar en Pirineos, pero veremos en los Alpes”, dijo Contador en meta.
Etapa conforme a guión, escapada, pelotón a perseguir y cerca de meta grupo unido para la fiesta del esprint. Marcato (UAE), Bodnar (Bora) y Backaert (Wanty) se despegaron de salida recién salió la caravana de Eymet.
Largo camino hacia Pau sin esperanza alguna. Sus deseos llegaron a La Capilla de Notre-Dame de los ciclistas, creada en 1959 (km 104,5), pero mientras unos iban rodando el pelotón marchaba con el mazo dando.
Ventaja exigua, 2.40 minutos al paso por Houga (km 131), lugar donde se instalaron los padres del campeón español Luis Ocaña, vencedor del Tour 1973, en los años difíciles de la posguerra. La organización resaltó el lugar con una pancarta que recordaba que vivió en aquel lugar.
Otro lugar de paso fue Aire-Sur-L’Adour, localidad donde recientemente perdió la vida el diestro español Iván Fandiño, donde la escapada aún respiraba con el aliento del pelotón ya cerca.
Trató de resistir el polaco Bodnar con un ataque en solitario a 27 de meta, logrando 40 segundos de renta que trató de defender con sus grandes dotes de contrarrelojista, pero dentro del último kilómetro la marabunta le redujo al anonimato. Efe
Lo intentó Lotto Jumbo para Greipel, Trek perdió a Degenkolb en la pelea porque también sufrió una caída, y de nuevo el Dimension Data colocó a Boasson Hagen.
Pero todo dio igual. Kittel se camufló, espero su momento y a volar. La “manita”. No podía ser de otra forma. El número uno del esprint sigue con su vuelo rasante en el Tour. Suma y sigue.
El Tour entra en los Pirineos con la disputa de la duodécima etapa entre Pau y Peyragudes, de 215,5 kilómetros. En el trayecto seis puertos, con el Col des Ares (2a), Col de Menté (1a), Port de Balés (Especial), Peyresourde (1a) y Peyragudes (2a), final de etapa.