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Las vacunas contra el coronavirus responsable de la covid-19 se han convertido en uno de los señuelos preferidos por los ciberdelincuentes para lanzar sus ataques y lograr un provecho económico o para difundir y viralizar bulos con el fin de desinformar, engañar o infectar dispositivos.
, según los expertos, que han advertido por ejemplo de que la administración de la vacuna es gratuita y por lo tanto hay que sospechar ante cualquier mensaje o solicitud de información o datos o el abono de una cantidad de dinero.
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La técnica no es nueva, ha explicado a EFE Jorge Chinea, responsable de ciberseguridad en servicios reactivos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), y ha recordado que este tipo de delincuentes saben qué es lo más sensible y recurrente en cada momento para tratar de persuadir a los usuarios para que pinchen un determinado enlace o faciliten sus datos.
Lo hacen cuando muere una celebridad, con el “black friday”, con las olimpiadas o con un mundial de fútbol, según Chinea, y ha observado que al principio de la pandemia los ataques estaban relacionados con fraudes de productos sanitarios, con los ERTE o con servicios utilizados masivamente durante el confinamiento y ahora están más centrados en las nuevas medidas restrictivas que se están implantando.
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La consultora Entelgy, especializada en nuevas tecnologías y ciberseguridad, ha alertado de que todo lo relacionado con las vacunas se ha convertido en uno de los cebos más utilizados por los ciberdelincuentes para lanzar sus ataques maliciosos, no solo contra personas, también contra gobiernos, administraciones o empresas relacionadas con la logística de las vacunas y la cadena de frío necesaria para su transporte.
Esta empresa ha observado que coincidiendo con el inicio de las campañas de vacunación han proliferado los fraudes a través de mensajes que simulan ser el sistema público de salud de un país para obtener datos personales e información bancaria, pidiendo a los usuarios que rellenen formularios para acceder a esos viales o para mejorar la atención sanitaria.
De acuerdo con los sistemas de contacto que están usando las administraciones sanitarias, es importante desconfiar de los correos electrónicos, ya que según esta empresa una de las técnicas más usadas por los estafadores es el “pishing” -la suplantación de la identidad de un organismo público o de una entidad bancaria-. Efe