La escritora cubana radicada en Francia Zoé Valdés afirmó en Miami (EE.UU.) que los exiliados como ella no han podido “lavar” el odio, algo de lo que sí han sido capaces personas que estuvieron hasta 20 años en las cárceles castristas.
“Duele decirlo. No es nada positivo. Es una dicotomía porque al mismo tiempo en que es sano, no es positivo. El odio que tengo es producto de la enseñanza que me tocó en las escuelas de Cuba, hubiera o no querido, porque mi madre, mi abuela y mi tía trataron de que no me perforara esa enseñanza”, dijo Valdés durante una entrevista.
La creadora de exitosas novelas como “La nada cotidiana” (1995) o “Te di la vida entera”, finalista del Premio Planeta en 1996, viajó desde París, donde vive hace 27 años, para guiar en Miami una charla sobre la actualidad de Venezuela.
“Lo primero que nos enseñaron fue a odiar al capitalismo, al imperialismo, a los americanos; todo era odio. Mi generación es un producto de eso”, sostuvo la autora y recordó cómo hubo un tiempo en el que se aisló dentro de su propio país.
“Puse doble cerrojo, rejas. Odiaba a la presidenta del Comité (de Defensa de la Revolución, organización política creada al principio del proyecto castrista para vigilar a las personas); odiaba todo y esto lo cuento en ‘La nada cotidiana'”, recapitula la cubana.
Al mismo tiempo, entiende que personas que estuvieron 20 años en la cárcel por razones políticas manifiesten que no sienten odio, como es el caso de los “plantados” Ángel de Fana y Ernesto Díaz Rodríguez, que hoy viven en Miami y estuvieron a su lado durante el conversatorio, reseñó Efe.
Por “plantados” se identifica en Cuba a los presos políticos que se niegan a acatar las órdenes de sus carceleros y a llevar el uniforme reglamentario.