Foto: Archivo referencial
Hace unos 466 millones de años, el polvo en la atmósfera proveniente de la colisión de un asteroide pudo haber causado un enfriamiento global del planeta, que desencadenó una edad de hielo, informó la revista Science Advances.
Mucho antes de la aparición de los dinosaurios, la Tierra se heló, los mares empezaron a congelarse en los polos y las nuevas temperaturas desencadenaron la evolución de nuevas especies.
En la actualidad, siempre hay polvo de asteroides y cometas procedente del espacio que flota hacia la Tierra, pero supone solo una fracción minúscula respecto a partículas similares, como la ceniza volcánica y el polvo de la arena del desierto o de la sal del mar.
Sin embargo, cuando un asteroide de unos 150 kilómetros de ancho se hizo pedazos entre Marte y Júpiter hace 466 millones de años creó más polvo del habitual.
“Normalmente, la Tierra gana unas 40.000 toneladas de material extraterrestre cada año”, dijo el profesor asociado de la Universidad de Chicago (EE.UU.) Philipp Heck, uno de los autores del estudio.
“Imagínense multiplicar eso por un factor de mil o diez mil”, agregó el científico.
Para hacerse una idea de lo que esto supone, en un año normal el equivalente a mil camiones con polvo interplanetario caen a la Tierra, mientras que dos millones de años después de la fractura del asteroide esa cantidad pudo corresponderse con 10.000 vehículos de ese tipo.
“Nuestra hipótesis es que las enormes cantidades de polvo extraterrestre en un tiempo de al menos dos millones de años desempeñaron un papel importante en el cambio del clima en la Tierra, contribuyendo a su enfriamiento”, dijo Heck.
El otro autor del análisis, Birger Schmitz, de la Universidad sueca de Lund, destacó que los resultados de la investigación arrojan que este tipo de polvo ha contribuido en ocasiones a enfriar el planeta.
Para desarrollar el estudio, los científicos buscaron restos de polvo espacial en rocas de 466 millones de años y los compararon con micrometeoritos de la Antártida.
“Estudiamos materia extraterrestre, meteoritos y micrometeoritos, en el registro sedimentario de la Tierra, es decir, rocas que fueron una vez fondo marítimo -detalló Heck-.Y entonces extrajimos la materia extraterrestre para descubrir lo que era y de dónde venía”.
La extracción de los meteoritos y micrometeoritos implica tomar muestras de rocas antiguas y tratarlas con ácido que disuelva la piedra y deje los restos espaciales, que más tarde fueron analizados por los investigadores.
También observaron rocas del fondo marino antiguo y buscaron elementos poco frecuentes en la Tierra y en los isótopos, como formas diferentes de átomos, para hallar restos espaciales.
Dado que el polvo siguió cayendo sobre la Tierra durante al menos dos millones de años tras la colisión del asteroide, el enfriamiento fue gradual y permitió que las formas de vida se adaptaran, e incluso se beneficiaran con estos cambios.
“Una eclosión de nuevas especies evolucionó a medida que las criaturas se adaptaban a la supervivencia en regiones con temperaturas diferentes”, según el artículo.
Heck advirtió de que no ha de tomarse esta conclusión como argumento para disminuir la urgencia de lidiar con el cambio climático y el calentamiento global de nuestros días.
El cambio climático acelerado que, según los científicos, ocurre desde hace algunas décadas, puede ser catastrófico.
“En el enfriamiento global que estudiamos, hablamos de escalas de tiempo de millones de años”, explicó Heck. “Es algo muy diferente del cambio climático causado por el meteorito que hace 65 millones de años mató a los dinosaurios, y es diferente del calentamiento global actual”. EFE