Un móvil inteligente y una pequeña cámara de realidad virtual es todo lo que se necesita ahora para poder capturar y reproducir lo que nos rodea como realidad virtual, ampliando así las posibilidades de contar historias del periodismo.
Las posibilidades que abre el paso de esta tecnología de los estudios de cine a la calle han sido debatidas hoy por un grupo de expertos en la conferencia Global Editors Network, que reúne a profesionales de los medios.
Acoplar una pequeña cámara al móvil inteligente “es una manera barata de empezar” para quien quiera adentrarse en la realidad virtual, explicó Robert Hernández, profesor en la Escuela Annenberg de Periodismo y Comunicación de la Universidad del Sur de California.
Cámaras de entre 100 y 200 dólares, como la Insta 360 con la que Hernández grabó hoy la conferencia, un móvil inteligente de última generación y unas gafas de realidad virtual, son el pequeño equipo con el que esta tecnología está aterrizando ya en el periodismo.
La realidad virtual permite al periodismo contar historias de forma más interactiva, involucrando al público y llevándolo a “lugares donde experimenten lo que nunca antes han podido experimentar”, afirmó Francesca Panetta, editora ejecutiva de realidad virtual del diario The Guardian.
Este medio cuenta ya con un pequeño equipo de reporteros que cuentan historias de forma que el espectador pueda “meterse en ella”.
Experimentar cómo un bebé siente el mundo que le rodea, viajar al Ártico, estar encerrado en una celda de aislamiento o perderse en el sistema de alcantarillado de Londres son las historias que The Guardian ofrece ya en sus sección de realidad virtual.
Los usuarios pueden acceder a estas historias a través de una aplicación gratuita que se pueden descargar en teléfonos móviles que sean compatibles con esta tecnología.
Con todo, la realidad virtual está aún en un proceso experimental en el que se están descubriendo las posibilidades y capacidades que puede aportar al periodismo y a la sociedad, reseñó Efe.
“Queda mucho que aprender”, afirmó la propia Panetta, quien reconoció que al principio no sabían si este formato periodístico iba a tener buena acogida.