El cineasta estadounidense David Lynch recibió el premio a la Carrera de la Fiesta del Cine de Roma, en un acto en el que se ahondó en el origen de su imaginario y repasó sus grandes referentes, desde Federico Fellini hasta Francis Bacon o Franz Kafka.
El premio fue entregado por el italiano Paolo Sorrentino, que ante “el maestro” dijo que sus obras demuestran que “lo desconocido está dentro de nosotros y que conocerse a sí mismo es un mito”.
Provisto de café, una de sus grandes pasiones, Lynch (Missoula, Montana 1946) recordó a algunos de los genios que inspiraron su cine, como los estadounidenses Stanley Kubrick y Billy Wilder o el italiano Federico Fellini.
Tras revisar una secuencia de la onírica “Ocho y medio”, Lynch declaró que coincidió con el autor de la “Dolce vita” en dos ocasiones.
La primera fue tras una cena “a base de champiñones” con Isabella Rossellini y con Marcello Mastroianni, cuando el actor le invitó a conocer los estudios romanos de Cinecittà justo cuando el director rodaba “Intervista” (1987).
La segunda y última vez que vio a Fellini fue en 1993, cuando se encontraba en Roma grabando un anuncio para Pastas Barilla y, tras conocer que el cineasta había sido hospitalizado, decidió visitarle. Tres días más tarde entró en coma y dos semanas después murió.