Donald Trump es el primer expresidente de Estados Unidos en sentarse en el banquillo por una causa penal.
El expresidente Donald Trump, que encara su segunda jornada de un juicio histórico en su contra, se quejó en su red Truth Social de sufrir una ley mordaza que no le permite responder a todas las “mentiras y vómitos” que recibe en programas de televisión.
Trump se refiere a la prohibición que el juez le ha impuesto, so pena de multa, de escribir sobre los testigos, los miembros de la fiscalía y de la judicatura, más los familiares de los anteriores, después de que el magnate se haya referido de forma despectiva a la hija del juez Juan Merchan por sus simpatías demócratas.
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“Este juez conflictivo, odiador de Trump, no me permite responder a la gente que están en la televisión mintiendo y vomitando odio a lo largo del día (…) Quiero hablar, o al menos tener derecho a responder”, dijo.
Para Trump, esa ley mordaza es un síntoma de que Nueva York tiene un sistema de ‘justicia’ que está siendo “diezmado por críticas desde todo el planeta”.
Pero la persistencia de esa ley mordaza tiene según él una explicación: “¡Injerencia electoral!, escribió. “MI JUICIO ES UN ASALTO A AMÉRICA”, concluyó.
EFE